Hace 200 años, un 15 de setiembre, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica eligieron dar un paso adelante e independizarse del Imperio español.

Que Centroamérica cerrara su historia colonial significaba cerrar las puertas a la subordinación, a la pobreza, al abandono de la corona española y que las provincias del entonces Reino de Guatemala comenzaran a construir nuevas formas de gobierno y sus leyes fundamentales. Comenzó entonces una búsqueda de identidad, de un Norte para que cada región explotara su potencial, orientara sus capacidades y fortaleciera a cada uno de los nacientes países.

Ya en 1812, las que iban a ser las naciones de América Latina habían redactado en Cádiz su primera constitución, la cual no solo se mantuvo vigente luego de la independencia, sino que ya incorporaba los ideales de la separación de poderes. Pero el Acta de Independencia fijó las bases de un nuevo régimen. Ahí surgieron las semillas de nuestros sistemas legales. En 1824 las provincias aprobaron la Constitución de la República Federal de Centroamérica, que estuvo vigente hasta que se disolvió la Federación Centroamericana. Luego, los desarrollos legales de cada país tomarían su propio rumbo, todos permeados por un anhelo de estado de derecho y con pesos y contrapesos a los poderes.

Desde esas fechas hasta ahora, la región ha buscado consolidarse como un crisol cultural, valiéndose de una posición geográfica estratégica en el mundo y enfrentando retos mayúsculos que le obligan cada día a levantarse para seguir adelante.

Desarrollar la región para que responda a las necesidades y capacidades de su ciudadanía, apegados a principios de cooperación, progresividad, complementariedad, solidaridad, legalidad y justicia son retos en los que cada día invertimos esfuerzos, como individuos y como empresa. Nuestra meta es hacer grande a Centroamérica y consolidar, día a día, el Estado de Derecho a lo largo y amplio de la región.

Que los 200 años de Independencia que hoy celebramos, sean motivo de reflexión de todo lo que nuestros antepasados arriesgaron, de todo lo que hay que trabajar y todo lo que se puede lograr cuando se persigue sueños de libertad, justicia y progreso.

¡Feliz Bicentenario de la Independencia de Centroamérica!

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